Muros de conocimiento y unión,  vínculos de observación y emoción que se ensamblan en una estructura compositiva construida con cada panel como una ventana única para cada proyecto. Cada pieza, cada proyecto forma una única pieza unida que sostiene espacialmente un lugar para la contemplación, un recorrido envolvente que recoge la atención de los visitantes y la intención de los expositores en un único soporte corrido.  

La arquitectura del espacio busca la metáfora del armazón como estructura unificadora de pensamientos, corrientes e ideas bien ligadas. Una composición que exhiben el efecto y la acción de armar un esqueleto vertebrador que cobija diseño, arte, innovación y cultura como las salpicaduras pictóricas de un muro que compone un graffiti.

La disposición de la armadura arquitectónica evoca un muro de libros abiertos para el recuerdo, crea un programa visual para el recorrido con la austeridad y la honestidad museística que necesitan esta clase de programas . El diseño del espacio encuentra en la simplicidad del material un excusa para mantenerse en segundo plano, como soporte, como unión, para dar cabida y forma a una exposición que no solo sostenga proyectos sino que proyecte la innovación y la creatividad que todos queremos en un futuro no muy lejano.